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El concepto de frustración puede definirse como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente.
La frustración es un sentimiento cotidiano y normal cuando las cosas no salen como esperamos o queremos que salgan. Todos hemos sentido frustración en algún momento. El problema está cuando nuestras reacciones a esto que nos frustra nos genera excesivo malestar y nos aleja de conseguir aquello que queremos.
La causa de la frustración puede ser interna o externa. En las personas, la frustración interna pueden surgir de problema en el cumplimiento de las metas personales y deseos, las pulsiones y necesidades, o tratar con las deficiencias observadas, tales como la falta de confianza o temor a situaciones sociales.
Las personas con baja tolerancia a la frustración, tienen una sensibilidad excesiva hacia todo aquello que les resulta desagradable: No toleran la incomodidad, los contratiempos, las obstáculos o problemas.Es frecuente que las personas con baja tolerancia a la frustración se rindan antes de conseguir sus metas y suelen procrastinar.
La frustración genera ansiedad, impaciencia, conductas repetitivas, nerviosas. Por ejemplo, tics, morderse las uñas continuamente...
Una frustración puede ser proyectada hacía nuestro entorno con ira o agresividad. Son impulsos descontrolados.
La sensación de fracaso provoca evasión, abandono de la meta deseada.
Por una necesidad de conseguir lo mismo que otras personas tratamos de imitarlos, pero si a la larga el objetivo no se consigue, nos perjudicará pues se pierde la propia identidad.
La sensación de presión por obtener objetivos demasiado altos genera esa sensación de frustración.
Puede llevar a realizar conductas agresivas en personas con alta frustración.
1. Cambia tu actitud hacia la no consecución de tus metas
2. Cambia tu actitud hacia la frustración
3. Identifica tus creencias irracionales
4. Practica la frustración
5. Toma medidas- para adaptar esas situaciones y que nos resulten menos frustrantes en la medida de lo posible.
6. El retroceso no es fracaso- en el proceso de conseguir lo objetivos a veces hay recaídas, pero eso no significa un fracaso y menos aún razón para renunciar a perseverar para llegar al objetivo
7. Diferencia los deseos de las necesidades
8. No te quedes victimizado - Analiza la situación- identifica lo que has hecho bien y mal, busca alternativas.
9. Para cada contratiempo busca una solución.
El no poder gestionar las emociones generadas por uno o varios episodios de frustración, puede llevar a las personas a un estado psicológico alterado, ( varia en niveles ), generando ansiedad, y/o agresividad, y/o depresión, y/o inseguridad, y/o baja autoestima, etc. Por eso resulta tan importante aprender a gestionar tus emociones en situaciones de frustración. Si consideras que no puedes manejar tu frustración, si pierdes el control cuando las cosas no resultan como lo esperas, si pierdes el interés por conseguir tu meta por miedo al fracaso, si tu frustración se vuelca contra ti, BUSCA LA AYUDA DE UN PROFESIONAL.