Terapia breve, atención psicológica 24 horas, en línea.
Se ha comprobado en todas las investigaciones realizadas sobre el desarrollo humano las consecuencias para los niños y adolescentes de los castigos físicos y/o de los insultos durante su crianza, demostrando que se ocasionan daños emocionales significativos. En castigos físicos de inicio, los pequeños o adolescentes experimentan terror ( miedo en su grado máximo) frente a los golpes, durante minutos o segundos antes de que ocurran, cuando anticipan lo que va a suceder. Después del golpe, con la intensidad del miedo- el dolor emocional supera por mucho el dolor fisico. Posteriormente al castigo físico surge la impotencia, como resultado del dolor emocional que resulta de no poder cambiar la ira, el enojo o la frustración que siente su madre, padre o cuidador. Niños y adolescentes sienten y confirman que nada de lo que puedan hacer en ese momento hará cambiar la opinión de su agresor ( padre, madre o cuidador(a). Para sobreponerse de esta experiencia, niños, niñas y adolescentes desarrollan mecanismos de adaptación a la violencia, como la obediencia extrema (sometimiento) o comportamientos violentos. En cualquiera de los dos casos se ubican en algún lugar del círculo de la violencia: víctima o agresor. A veces se está repitiendo un patrón familiar, pero no lo normalices, es Violencia y nadie se la merece. Estas experiencias afectan el mundo familiar y se amplían a la escuela y la comunidad, y por supuesto a sus interrelaciones personales. La persistencia de estas conductas acaba generando una sociedad violenta, que utiliza estos mecanismos para resolver los conflictos.
Los seres humanos construimos nuestro pensamiento a partir del lenguaje. Durante este proceso, los vínculos familiares son fundamentales al momento de ir aprendiendo palabras y construyendo significados. Como esto se da en un contexto afectivo los niños y adolescentes confían y creen en lo que sus padres y cuidadores dicen. Por lo tanto, si se usan palabras humillantes para educarlos o ponerles límites, los hijos e hijas pensarán que estas palabras realmente los definen como personas. Los niños no son tontos, ni malos, ni estúpidos. Si rotulas a tu hijo como alguien malo él acabará creyéndose como tal, No debes insistir y recordar siempre una mala acción de los niños del pasado, nunca reprenderlos en público porque eso los humilla y estarás permitiendo que acepten que los demás los humillen, jamás los compares con nadie, ni siquiera entre hermanos - con nadie, cada persona es un ser único e irrepetible, padres con baja autoestima pueden causar mucho daño a sus hijos porque eres el ejemplo para ellos, en ese caso es conveniente que también busques ayuda psicológica. Aunque algunas madres y algunos padres creen que insultar no es igual que golpear, las palabras fuertes y humillantes generan los mismos sentimientos de dolor emocional, frustración e impotencia que el castigo físico en las personas. Además, la exposición. a situaciones de violencia puede alterar el desarrollo fisiológico del cerebro y repercutir en el crecimiento físico, cognitivo, emocional y social del niño o adolescente.
Baja autoestima: A menudo pueden experimentar sentimientos de inferioridad e inutilidad. También pueden mostrarse tímidos y miedosos o, por el contrario, hiperactivos buscando llamar la atención de los demás. Cada vez que insultas a tus hijos, estás generando miedo e inseguridad en ellos.
Sentimientos de soledad y abandono: Pueden sentirse aislados, abandonados y poco o nada queridos.
Exclusión del diálogo y la reflexión: La violencia bloquea y dificulta la capacidad para encontrar modos alternativos de resolver conflictos de forma pacífica y dialogada.
Generación de más violencia: Aprenden que la violencia es un modelo válido para resolver los problemas y pueden reproducirlo.
Ansiedad, angustia, depresión: A menudo experimentan miedo y ansiedad, desencadenados por la presencia de un adulto que se muestre agresivo o autoritario. Algunos desarrollan lentamente sentimientos de angustia, depresión y comportamientos autodestructivos como la automutilación.
Trastornos en la identidad: Pueden tener una mala imagen de sí mismos, creer que son malos y por eso sus padres los castigan físicamente. A veces, como modo de defenderse, desarrollan la creencia de que son fuertes y todopoderosos, capaces de vencer a sus padres y a otros adultos.
Por el amor y el bien de tus hijos, evita los castigos físicos y/o los insultos, si sientes que no puedes controlarte ,busca ayuda de un profesional. Y en el caso de que veas que tus hijos muestran algunas de las consecuencias físicas, psicológicas y sociales, búscales apoyo emocional con un profesional.
Recuerda que : " TU INFANCIA ES PORVENIR " - educa a tus hijos con amor.