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La adolescencia es la etapa de transición hacia la adultez donde se dan importantes cambios físicos, cognitivos y emocionales. Esas afectan en las relaciones que van a tener con sus padres y sus iguales. Un nivel de conflicto normal no tiene por qué indicar que las relaciones de apego entre padres y adolescentes están dañadas ya que los cambios se dan de forma progresiva y pausada.
PRINCIPALES CONFLICTOS CON HIJOS ADOLESCENTES
1) La exposición de los chicos en las redes sociales es uno de los grandes conflictos actuales entre padres e hijos.
2) Un poco relacionado al punto previo, está el hiperconsumismo que moviliza a los preadolescentes, es el último gadget tecnológico porque sus amigos lo tienen, y entonces..
3) Padres e hijos deben lidiar con agendas hipercargadas de actividades, con salidas y programas insólitos
4) Frecuentemente los adolescentes prestan poca o ninguna afición al estudio causando grandes discusiones con sus padres
5) En muchos casos con adolescentes se presentan las delicadas situaciones de bullying (ya sea porque el hijo es víctimas de acoso o victimario).
6) Por lo general, a los padres se les dificulta poner límites, que sus hijos adolescentes los cumplan, o desisten a establecer los límites y tal vez esto explica el porqué de los conflictos antes mencionados.
7) Los adolescentes cuestionan a sus padres continuamente.
8) Los adolescentes al sentirse “grandes”, se sienten posicionados como un par con el adulto, el niño no termina de separarse de sus figuras parentales. Por eso creen poder disponer de los adultos, de su tiempo, de su energía como si fueran una parte de ellos mismos; y por eso se molestan, se frustran y decepcionan cuando los padres muestran alguna diferencia, causándoles a estos jóvenes un estado de “insatisfacción permanente".
SOLUCIONES EN LA RELACION – PADRES-HIJOS ADOLESCENTES
Durante la adolescencia se desarrolla su cuerpo, las emociones son más intensas y cada vez van adquiriendo más responsabilidades. Para los padres también es difícil. Su papel es ir acompañando a los hijos en estos cambios, y a menudo, lo que en etapas anteriores funcionaba, ya no funciona.
La etapa en sí misma es conflictiva, cada una de las partes implicadas tiene necesidades diferentes y es difícil entenderse entre sí. Por eso, en la medida de lo posible, es importante reducir la tensión en la relación. La adolescencia es la etapa de transición hacia la adultez donde se dan importantes cambios físicos, cognitivos y emocionales. Esas afectan en las relaciones que van a tener con sus padres y sus iguales. Un nivel de conflicto normal no tiene por qué indicar que las relaciones de apego entre padres y adolescentes están dañadas ya que los cambios se dan de forma progresiva y pausada.
Algunas pautas que pueden ayudar a este entendimiento son :
1) En este momento de la vida, los hijos tienen que dejar de ver a los padres con la idealización con la que lo hacían en la infancia. Tienen que empezar a ver a los padres con sus virtudes y defectos, para que empiecen a sentir que pueden estar sin ellos. Loa adolescentes tienen conductas de autoafirmación con su cuerpo, su espacio y su tiempo
2) Padre y madre pueden intentar acordarse de cómo pensaban y sentían cuando ellos eran adolescentes, y sin duda ayudaria mucho a la comprensión de estos chicos en esta etapa.
3) Respetar los límites que el adolescente necesite poner. Permitirles llevar la ropa que quieran, ponerse los accesorios que les gustan y tener su habitación como quieran. Son conductas de autoafirmación con su cuerpo, su espacio, su tiempo y su dinero. Y si lo que quieren hacer no pone en peligro su salud física o emocional, este puede ser un terreno muy fértil para dejarles decidir, porque son sus cosas y les hará sentirse seguros.
4) Dar validez e importancia a las emociones o necesidades de sus hijos. Habrá necesidades que vistos por el adulto puedan parecer banales, pero para ellos no lo son, todo lo contrario, son muy importantes. Por ejemplo, estar en contacto con los amigos, tener un teléfono con el que poder tener esta conexión de forma rápida y fluida, llevar la última moda en ropa o calzado, etc. Si los padres etiquetan de “tonterías” estas necesidades, ocurrirá que, aparte de generar conflicto, provoquen una autoimagen negativa del adolescente sobre sí mismo. Esto es, “mi necesidad es tonta y estúpida”. Si esta interacción ocurre con frecuencia, el chico adolescente crece con esta imagen sobre sí mismo y es muy probable que la interiorice. Por lo que, si los padres tienen que decir “no” a algo que pide el hijo, es importante que lo hagan con tacto, planteándole que entienden que lo que pide es importante para él, pero en este momento no pueden dárselo. Y es conveniente explicarles el motivo por el que no pueden conceder una petición.
5) Que los padres estén abiertos a negociar las peticiones del hijo y expliquen los motivos por los cuales no conceden alguna, puede reducir la sensación de tensión y contribuir a tener una relación más fluida.
Es importante tener presente que los adultos los responsables de solucionar y equilibrar el conflicto.
Recuerda si requieres orientación para no dañar la relación con tu hijo(a) adolescente, contáctame. No esperes más.